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Vagabundo

 1. Presentaciones Este era un hombre. Que no era hombre sino perro, que no era perro sino pájaro y no era pájaro sino piedra, y lo era todo sin ser nada y manteniendo la apariencia del hombre. Era hombre en su pecado, hablando con eufemismos, humanidad, la mancha que estropea toda vestimenta. Esta mancha puede ser una razón de por qué este hombre busca su pobreza, pues para él es necesario no advertir de su pecado, y para ello se encierra en manchas que parecen más sucias. Este hombre es el sentido y pináculo del superviviente, que arriesga todo lo que sueña la gente que tiene, que mancha su cuerpo tal como el alma está manchada, sólo por seguir vivo, pese a su miseria.  Era perro en su habilidad, desarrollada especialmente para la supervivencia, comiendo de las migas y bebiendo de las fuentes, actuando con cara del pobre que le identifica sin actuar, con ojitos de cordero y dientes de caimán, tan diferentes como el día y la noche, y en ellos los utiliza a su favor según el c...

La chica pelirroja

Me encontré en frente de una mansión que, rodeada por bosques y llanuras, pareciera que dominase ese aspecto sombrío pero humanamente libre de la vida que uno solo encuentra mientras se anda buscando a sí mismo. Vivía allí una adinerada familia de tres preciosas niñas pelirrojas. La menor apenas alcanzaría la edad de 13 años, y la siguiente rondaría los 16. Pero hete aquí que, siendo la mayor de las niñas mayor incluso que yo (entre 19 y 21 años), y teniendo una hermana menor más acorde a mi edad y casi igual de hermosa y picarona que ella, casi diría que si el mundo fuese al revés y ella llegase a mi mansión acompañada de sus tres hermanas, no podría yo hacer nada por no enamorarme de ella. Cosa que luche terriblemente por evitar, pues desde muy joven tuve temores por el rechazo, que veía yo demasiado acompañado de esa discordancia de edades, y aún más siendo la mujer más mayor. Teniendo en cuenta como son las mujeres en su poderío de la madurez, y a esas edades, más aún en arrogancia...

Dulces sueños

 Estábamos tú y yo, lector. Tú entre las filas del público, en el lugar que más agradable te pareciera, más adelante o más atrás, centrado o descolocado, pero allí estabas. Yo, mirándote a veces, de reojo, a sabiendas de que habías venido a verme, a mí, alguien grande, de unos noventa y cinco kilos aproximadamente y uno ochenta de altura, con camisa y pantalones anchos igual que ancha era mi sonrisa. Sonrisa lobuna aparcada en una cara no mucho más arreglada, de mejillas hinchadas, barbilla pegada al cuello, llena toda de líneas de arrugas intentando tensarse tanto como tú en ese momento, empapado en una capa finísima de sudor que hacía que centellease a tus ojos. Era viernes, un día de frío. Al venir hacia el lugar te habías topado con tres parques por lo menos, llenos más de árboles que de drogatas, para tu suerte; con las hojas de sus picos apelmazadas por la humedad que lo envolvía todo y te producía incomodidad continua, mientras una inundación de niebla empalidecía los cont...

Cámara

La ha inmovilizado, la ha congelado, la ha hecho eterna, la ha paralizado, la ha consumido, la ha hecho pétrea. Una máquina de matar, de disparos a ráfagas, la ha matado. Observadora furtiva que aniquila movimiento, voz y esencia. Diablo al que el alma otorgas a cambio de un solo siempre. Memoria absoluta de unos ojos artificiales. Es protagonista siendo narradora. Es deidad de deidades temporales. Es traidora y testigo al mismo tiempo. Es experta en la luz y en el movimiento. Es soberbia y de la soberbia nace. Es artista y arte dependiente de la vista. Es cambista entre la vida y la muerte. Es tejedora de un hilo robado. Es profundamente superficial. Si la das un suspiro, lo arrebata, lo destroza, lo tritura y reutiliza, lo hace suyo, a su gusto lo coloca, lo hace eterno, estético, lo encuadra, lo vende y es comprado, lo pinta para ser encontrado, lo relata y lo entremete con la boca de otros como tu boca. Si la provocas, témela, pues jamás olvidará ni una sola de tus mofas. Huye y te...

American Gods - Neil Gaiman

    Ficha Técnica:   Título original : American Gods .  Autor : Neil Gaiman  Nº de páginas: 560 Editorial: Roca Bolsillo Editorial de libros Idioma: CASTELLANO ISBN: 9788499185422 Año de edición: 2012 Plaza de edición: ES Traductor: MÓNICA FAERNA Fecha de lanzamiento: 02/11/2012   Sobre el autor: Neil Gaiman, el maestro de la novela gráfica, es autor además de varios libros infantiles y juveniles entre los que se incluyen: Coraline, la colección de relatos M de magia, El libro del cementerio y El cementerio sin   lápidas y otras historias.   Entre los numerosos premios que se le han concedido están el World Fantasy, el Hugo, el Nebula y el Bram Stoker. Aunque nació en Gran Bretaña, ahora vive en Estados Unidos. Le gustan la apicultura, las bibliotecas y Amanda Palmer, su esposa también escritora.   Clasificación del tipo de libro: Creo que la mejor forma de abordar este apartado es mencionar simplemente los...